Hacia la extrema disparidad de cierta persona en la forma en que trataba a las personas que estaban mirando sus tesoros, Ye Sha y Ye Mei se apresuraron a llegar a un entendimiento tácito para pasar por alto el asunto.
Para su Lord Jue, ¡lo que quisiera la Joven Señorita, se alegraría de proporcionarle!
—Después de esto, ¿qué piensa hacer Pequeña Xie? —Jun Wu Yao le preguntó a Jun Wu Xie, mirándola seriamente. El Acantilado del Fin del Cielo se había producido solo después de su desaparición y, según lo que Ye Mei le había dicho, ese lugar contenía una colección de las cosas más peligrosas que el Régimen Oscuro pudo reunir. Si iban allí sin un mapa, ni siquiera él estaba completamente seguro de que sería capaz de encontrarlo.
—Encontrar los mapas. —Jun Wu Xie respondió. Ella no necesitaba ocultarle nada a Jun Wu Yao.
