Mo Qian Yuan miró a Jun Wu Xie mientras su expresión sorprendida se transformó gradualmente en una sonrisa. Se echó a reír locamente.
—¡Jajaja! Si quieres, ¿por qué no? Ya que quieren matarme, ¿por qué no puedo hacer lo mismo con ellos? Dime, ¿puedes realmente salvar mi vida? —Él la miró fijamente, él ahora la veía con otra luz, ya no era la escandalosa y superflua joven que tenía en mente.
—Por supuesto —Jun Wu Xie respondió simplemente mientras sus ojos mostraban determinación.
—Pero no es suficiente —él frunció el ceño —. No hay ninguna facción que me apoye en la lucha por el trono. Incluso si me recupero completamente, no tengo forma de arrebatarle el trono. Si realmente está decidido a matarme, tiene sus maneras.
—Habrá—ella respondió con suavidad.