La cara de Ning Xin cambió entonces. Su hermosa sonrisa parecía un poco forzada mientras sofocaba la ira que surgió en su pecho. Su sonrisa forzada todavía estaba congelada en su rostro cuando se dio vuelta para irse.
Fue solo después de que Ning Xin los dejó que los varios soldados de Rui Lin lanzaron un suspiro de alivio.
—¿Qué era ese olor en esa chica? Ese fuerte aroma casi me atragantó. —Uno de los soldados se frotó la nariz vigorosamente y lo único que recordaba de ella era ese aroma abrumador que asaltó su nariz y casi le hizo llorar los ojos cuando estaba con ellos.
—Jefe, ¿crees que esa muchacha se enamoró de ti? ¡Te estaba dando el "ojo" varias veces e incluso se sonrojó al arrancar! —Otro soldado "miró" a Long Qi con una sonrisa, burlándose de su general.
—¿Realmente se estaba sonrojando? ¿Y no palideció a blanco? Cuando la miré antes de irse, ¡ni siquiera había un color en sus labios!
