—¿Que está pasando aquí? —Hua Yao preguntó mientras miraba la cara sorprendida de Qiao Chu y luego las expresiones perplejas de Fei Yan y Rong Ruo.
Qiao Chu era incapaz de hablar y solo podía levantar un dedo fuertemente tembloroso para señalar a Jun Wu Xie.
Rong Ruo se aclaró la garganta antes de que pudiera hablar y dijo: —El Pequeño Xie dijo... Esos elixires que vendimos eran reales.
Incluso el generalmente tranquilo Hua Yao palideció ante las noticias.
—Jun Xie, ¿cultivaste esas pastillas? —Era el turno de Hua Yao de mirar con incredulidad a Jun Xie mientras preguntaba de nuevo, aún incapaz de creer lo que escuchaba. Cuando Jun Xie sugirió que se haga pasar por Mu Chen y usar el famoso nombre del Clan Qing Yun para vender esos elixires, había pensado de la misma manera que sus compañeros que Jun Xie tenía la intención de engañar a los mocosos asquerosamente ricos aquí con meros elixires comunes y él nunca hubiera esperado eso...
