Jun Wu Xie se apresuró a regresar al Palacio Lin, donde Jun Xian y Jun Qing habían estado esperando ansiosamente. Suspiraron de alivio cuando Jun Wu Xie entró; Jun Qing quiso aproximarse a ella y preguntarle sobre la situación en el Palacio Imperial, cuando Jun Xian lo sujetó por la muñeca y le dijo a Jun Wu Xie en su lugar: —Se está haciendo tarde, ve a lavarte y descansa un poco. Todo lo demás puede esperar hasta mañana.
Jun Wu Xie dudó antes de asentir en silencio. Odiaba lucir como un auténtico desastre y todo lo que quería ahora era sumergirse en un reconfortante baño caliente y deshacerse por completo de la sangre y su horrible hedor.
—Padre... — Jun Qing miró a Jun Xian desconcertado.
Jun Xian negó con la cabeza y dijo: — ¿No viste lo cansada que se veía?
Jun Qing lo recordó y se dio cuenta de que Jun Wu Xie parecía estar bien, pero su cara estaba bastante pálida.