Antes de que Zi Jin pudiera salir de sus pensamientos, se abrió la puerta de la habitación de Jun Wu Xie. Y para total sorpresa de Zi Jin, no fue Jun Wu Xie quien abrió esa puerta, sino un hombre vestido completamente de rojo que parecía muy siniestro y con una apariencia endiabladamente buena.
En ese momento, todas las discípulas que miraban desde afuera quedaron atónitas de inmediato.
[¡El perfil de ese hombre tan atractivo había sido tan guapo!]
[¡Pero!]
[¡Ese no era el mismo jovencito que acababa de mudarse! !]
El Señor del Palacio Espíritu de Jade ni siquiera había podido disfrutar de su paz durante unos días cuando de repente tenía un grupo de chicas sollozando y llorando en lucha reunidas ante él, quejándose con caras llorosas de que Jun Wu Xie tenía un "hombre mantenido" en la casa, que no era sólo un hombre el que vivía allí.
