Todas las damas seguían murmurando en susurros preocupados mientras esa voz baja y perezosa sonaba desde el fondo del pasillo una vez más.
"Tener un amigo que viene de lejos siempre es una gran alegría aquí. ¡Pero lo que no entiendo es por qué este invitado nuestro querría usar trucos tan clandestinos con un discípulo de mi Palacio Espíritu de Jade!"
Esa voz era baja y lánguida, completamente diferente a la gracia clara que estaría presente en la voz de una mujer.
Cuando esas palabras cayeron al suelo, la ligera gasa que cubría el interior del salón fue brevemente agitada por una ligera brisa. Sobre la plataforma elevada al fondo del salón palaciego, había un sofá largo y cómodo. Un hombre vestido con ropa rosa estaba reclinado en ese sofá, con la cabeza apoyada en una mano y los ojos mirando fijamente a Jun Wu Xie.
El Señor del Espíritu Palacio de Jade era en realidad un hombre…..
