Cubierto de pies a cabeza con sangre y varios restos de partes del cuerpo, Mo Qian Yuan se quedó atónito, con la cara torcida en una mueca. Su mente quedó en blanco, y todo estaba en silencio, las personas que presenciaron la espantosa escena se sorprendieron más allá de las palabras.
Mo Qian Yuan obligó a bajar la bilis que amenazaba con correr por su garganta, e hizo todo lo posible por mantener la compostura. Levantó la manga para limpiarse la cara y ordenó a los guardias del Ejército Rui Lin: —Despejen el área de inmediato y verifiquen los antecedentes del hombre
Los guardias del Ejército Rui Lin se pusieron a trabajar de inmediato, de manera rápida y eficiente, volviendo a poner orden a la calle. Con gritos de gratitud de la gente, Mo Qian Yuan regresó al Palacio Lin, cubierto en el lio sangriento.
En el momento en que cruzó la puerta, Mo Qian Yuan se encontró con Jun Wu Xie, que estaba saliendo.
—Wu...
—Lárgate