Nadie habría pensado que la Emperatriz, que una vez tuvo mil dedos señalándola diciendo que estaba sucia, ahora se convertiría en la Emperatriz de Hierro que actuó con mucha decisión y cuyas órdenes se cumplieron en un instante.
Después de la invasión de los Hombres Venenosos, ella había sido la más rápida en decidir fortalecer la defensa de las fronteras, limitar el gasto del país y desviar su fuerza militar y dinero a la guerra. Y estableció un plan de batalla conjunto con Qi y Buckwheat Kingdom para controlar la situación.
Aquellas personas que una vez habían maldecido a Qu Ling Yue, ahora habían cerrado la boca en silencio.
Dentro de todo el País del Fuego ahora, nadie se atrevía a decir una palabra de menosprecio contra Qu Ling Yue.
