Solo querían descansar y dormir bien.
Los hombres renunciaron a resistir uno por uno mientras se sentaban en el suelo helado y sucio. Parecen haber olvidado lo peligroso que era el lugar en el que se encontraban y, de hecho, se tumbaron en el suelo para quedarse dormidos.
El líder de los hombres del Flamboyant Palace observó con los ojos muy abiertos cómo sus camaradas se acostaban en el suelo y se dormían uno tras otro mientras la incredulidad llenaba sus ojos. Pero fue incapaz de luchar contra el agotamiento que se arrastraba por cada parte de su cuerpo y se sentía tan cansado y con mucho sueño. Su conciencia le gritaba que el lugar estaba lleno de peligro extremo, pero sin saber por qué, su corazón parecía no poder provocar ni una pizca de ansiedad y capacidad de lucha.
