Entre las cosas en el fondo del acantilado Heaven's End, algunas eran espeluznantes y horribles, algunas eran hermosas y encantadoras, pero todas compartían un rasgo similar.
Eran todos, mortales.
Si los compañeros recordaran el lugar más peligroso que han conocido a lo largo de su vida, seguramente concluirían que ese era el lugar sin excepción,
La condición de Jun Wu Xie todavía estaba bastante bien. Su estado de ánimo no había fluctuado tanto y su control sobre el uso de su poder espiritual había sido exquisitamente preciso y, en comparación con Qiao Chu y Fei Yan, se podía considerar que todavía se las arreglaba bastante bien. Con esta rara oportunidad para ella de descansar un poco, ni siquiera se detuvo a pensar y simplemente extendió el mapa ante ella para verificar su ubicación actual contra el mapa.
