—Niña tonta. —Jun Xian caminó hacia Jun Wu Xie, con angustia en su corazón al ver su vestido salpicado de sangre, pero aliviado de que estaba a salvo, mientras él levantaba su mano y le revolvía el cabello con afecto.
—Tu abuelo está bien.
Jun Wu Xie parpadeó, y sintiendo que las lágrimas brotaban amenazando con caer, bajó la cabeza e hizo retroceder sus lágrimas.
Jun Xian le dio una palmadita a Jun Wu Xie en el hombro y miró hacia arriba, al Emperador, que seguía temblando.
—Tenga la seguridad de Su Majestad, todos los asesinos han sido eliminados, y el Palacio Imperial ahora está a salvo.
La aparición de Jun Xian sorprendió a Jun Wu Xie, y tuvo al aturdido Emperador para que lo mirara sin palabras.
¿Está vivo?