Esa bola de llama alimentada por la energía de un Espíritu Púrpura ardía tan pura y clara, sin el más mínimo matiz de impureza.
Esa era la forma más pura de la energía del Espíritu Púrpura que Jun Wu Xie había visto jamás y también notó que, cuando Wen Yu invocó a su Espíritu Púrpura, no se podía sentir la más mínima astilla de energía espiritual en el cuerpo de Wen Yu, excepto por esa bola solitaria de fuego púrpura que ardía continuamente en la palma de su mano.
El poder de los espíritus podía ser liberado para cubrir el cuerpo por completo, o para controlar que se reuniera en un lugar específico, pero Jun Wu Xie no sabía que una persona podía convocar a su Espíritu Púrpura para que tomara la forma de una llama que ardiera en la palma de la mano.