Las palabras de Jun Wu Yao, hicieron que los hombres del ejército Rui Lin se callaran.
La invasión de las fuerzas aliadas de los cuatro países había infligido severas pérdidas al Ejército Rui Lin. Ya no podían llevar la cuenta del número de hermanos que habían perdido en el campo de batalla y no podían recordar cómo se las arreglaron para salir de entre esos cuerpos sin vida. No era que sus corazones no sintieran el dolor, no era que no albergaran el odio, pero no tenían tiempo para ello, lo que les permitía dejar que el dolor se apoderara de ellos.
La preocupación de Jun Wu Xie por ellos se reflejaba en la cuerda que se extendía sobre sus corazones. Comprendieron por qué Jun Wu Xie pensaba de esa manera, donde prefería luchar la batalla sola, que perder a otro de sus hombres.
"Pero....." Long Qi parecía querer decir algo más.
Pero Jun Wu Yao sacudió la cabeza y dijo: "Confía en ella".
Long Qi se abrió como un pez dorado, incapaz de decir nada.