Pero para Xiong Ba, Qing Yu y Qu Wen Hao, no podría haber sido más claro. El regreso de su gente, se debió al crédito de la juventud que todos habían traicionado.
La culpa y la vergüenza sin fin junto con la auto amonestación destrozaron sus corazones, como una enorme roca que los aplastó, dificultando su respiración.
Qu Wen Hao estaba aturdido, los últimos días un recuerdo borroso para él como si hubiera estado viviendo en un sueño. Caminaba tambaleante, buscando ansiosamente entre las mujeres que habían regresado, anhelando ver esa figura familiar que había echado de menos y que siempre había estado en su mente durante tantos años.
Pero mientras su mirada se deslizaba sobre la multitud una y otra vez, aún no veía a su esposa .....
"¿Alguien..... alguien vio a mi esposa....." El terror y la inquietud nadaban en el corazón de Qu Wen Hao, mientras se mantenía indefenso entre la multitud que nadaba a su alrededor, su voz se ahogó.