Bajo las instrucciones de Xie Yujia, de seis en punto a siete en punto, Hao Ren pudo finalmente entender cómo driblear.
Él nunca jugaba al básquetbol a excepción de aquellas ocasiones donde Zhao Jiayi lo arrastraba a la cancha. Sin embargo, cuando estaba en la secundaria, había sido miembro del equipo de atletismo y también era cercano con el equipo de fútbol. A menudo había actuado como el portero suplente, por lo que no era extraño a las pelotas.
A pesar de lo frío de la brisa matutina, Xie Yujia comenzó a sudar mientras trotaba con Hao Ren y lo colocaba en las posiciones adecuadas.
Lucía aún más atractiva con la delgada capa de sudor cubriéndola. Su figura hermosa y en forma atraía la mirada de Hao Ren mientras practicaba cómo driblear. Después de todo, Xie Yujia le había dicho que no mirara el balón sino los movimientos en la cancha. En ese momento, la única otra persona sobre la cancha era Xie Yujia.