Hao Ren cultivó en la oficina de Su Han con los ojos cerrados hasta que, a las seis en punto, lo perturbó la vibración de su teléfono.
—¿Dónde estás Ren? ¡Ven a la Plaza Hongji para cenar! ¡Yo invito! —gritó emocionado Zhao Jiayi por el teléfono.
—Yo paso. Hay otra cosa que necesito hacer —dijo Hao Ren.
—¡Maldito seas! —Zhao Jiayi intentó convencerlo, pero Hao Ren igual respondió que no. Por lo mismo, tuvo que dejarlo pasar.
—Se terminó el tiempo. Me retiro —Hao Ren poniéndose de pie, le dijo a Su Han al darse cuenta de que ya eran las seis en punto.
—Ok —asintió Su Han.
Al ver que Su Han no tenía más nada que agregar, Hao Ren salió de su oficina y tomó el autobús hasta la casa de Zhao Yanzi.
Hoy era el día en el que publicarían los resultados de sus exámenes parciales. Por lo mismo, como su tutor y futuro esposo, Hao Ren quería saber cómo le había ido tan pronto como le fuera posible.