Hao Ren estaba por ser arrojado de vuelta por la feroz energía cuando una fuerza poderosa lo empujó, pasando las centellas del Rayo Celestial.
¡Llegó a un mundo brillante!
Dentro del nublado mundo blanco, exquisitos edificios de jade aparecieron difusamente a la distancia.
¡Parado sobre el dragón dorado, Hao Ren se elevó por encima del Noveno Cielo y se abalanzó hacia el Reino Celestial!
¡Una magnífica puerta celestial blanca apareció frente a Hao Ren!
¡Los dos Guardias de armaduras doradas que estaban en la puerta, no pudieron impedirle el paso a Hao Ren! ¡El Dragón Celestial atravesó a toda prisa la puerta con Hao Ren!
—¡Sui Rui! ¡Cómo te atreves a irrumpir en el Reino Celestial!
Un dios gigantesco, de armadura dorada, apareció frente a ellos y rugió.
La estremecedora voz casi destruye los tímpanos de Hao Ren, barriendo a Hao Ren fuera del lomo del dragón dorado.