—Abuela…
Hao Ren se sentó al borde de la cama y tomo la mano de la abuela.
La abuela, que había tenido un aspecto saludable bajo el cuidado de Lu Linlin y Lu Lili, parecía mucho más vieja hoy.
Estando en un nivel equivalente al Reino del Alma Naciente, Hao Ren pudo sentir que sus meridianos seguían rotos cuando agarró su mano.
Y aún peor que sus meridianos rotos, pudo sentir rastros de esencia maligna dentro de ellos. Ni siquiera la Esencia de la Naturaleza de los cinco elementos podía deshacerse de esta esencia maligna. Probablemente solo la caótica energía del rayo podría destruir la esencia maligna, pero los mortales no serían capaces de soportar las centellas del rayo celestial.
Hao Ren intentó forzar una sonrisa para consolarla, pero su rostro permaneció sombrío cuando se percató de la débil salud de la abuela.