Mientras la Dama Zhen se encontraba con Bai Ze, Hao Ren, Xie Yujia y las hermanas Lu acababan de regresar a casa.
Blanquita salió corriendo de la casa, meneando la cola para recibirlos.
—¡Qué hacen aquí! ¿No tienen clases hoy? —preguntó la abuela gratamente sorprendida, al ver a Xie Yujia y a las hermanas Lu regresar.
Hao Zhonghua y Yue Yang estaban en casa. Él estaba ordenando sus archivos, mientras ella preparaba la cena.
Hao Ren había pasado un día encerrado en el Altar del Dios Dragón.
Zhao Yanzi estaba leyendo en el sofá, y de inmediato se levantó de un brinco cuando vio a Hao Ren y las demás entrar.
Tenía un sweater color café claro, y un par de largas medias negras de algodón que acentuaban sus piernas.
Las medias de algodón la cubrían desde los pies hasta los muslos, haciéndola lucir muy juvenil y tentadora. Una chica de la edad de Zhao Yanzi no utilizaría medias de seda, pero se veía muy sexy con estas medias de algodón.