—Yujia, puedes ocuparte del escudo dorado cuando esté en la tierra —dijo Hao Ren mirando a Xie Yujia, mientras estaban sentados sobre el lomo de Blanquita.
—¡¿Ugh?! —exclamó Xie Yujia, mirando sorprendida a Hao Ren.
El escudo dorado voló junto a Blanquita mientras Zhao Yanzi los seguía sobre la Espada del Tesoro Verde y Púrpura para practicar con su Tesoro Dharma Natal.
—El trapo blanco que te di puede nutrir a los Tesoros Dharma. Puedes usarlo para lustrarlo cuando tengas tiempo —dijo Hao Ren.
—Ok —dijo Xie Yujia, sacando el Trapo Ruyi de su anillo de almacenamiento y haciéndole señas al escudo dorado.
¡Swuuush! El escudo dorado se acercó volando y tocó la palma de Xie Yujia de manera íntima.
Después de mirar a Hao Ren sorprendida, Xie Yujia intentó frotar con cuidado la superficie del escudo. Reposando cómodamente sobre la mano de Xie Yujia, el escudo dorado giró vigorosamente para frotarse contra el Trapo Ruyi.