—Creo en las reglas —respondió Hao Ren.
—En este mundo, las reglas son hechas por la gente poderosa —dijo el Maestro del Altar, liberando una onda de presión de su mano.
La fuerza golpeó el muro de piedra y rebotó hacia Hao Ren, que estaba parado en el centro de la cámara secreta.
Hao Ren fue mandado a volar hacia atrás unos cinco metros antes de estrellarse con fuerza contra la puerta de piedra cerrada.
—Te daré una oportunidad. Cuando estés seguro de que puedes bloquear 20 ataques míos, te devolveré esa cosa —dijo fríamente el Maestro del Altar, dirigiéndose a la pared de piedra.
—Ok —respondió Hao Ren, recuperando el equilibrio y sacudiéndose el polvo de su ropa.
—La bata de los Inspectores de nivel 4 ha sido enviada a tu habitación. Veo que tus meridianos están lastimados y que debes curarte —continuó el Maestro del Altar.
