La pila de refrigerios que trajo Zhao Yanzi incluía bebidas, frituras, jamón, carne curada, pescado salado, budín de arroz…
Hao Ren la observó perplejo.
—¿Por qué tienes tanta comida? —preguntó.
De hecho, ella no solo trajo comida. Durante los últimos viajes al Quinto Cielo también trajo otras cosas como una cobija de piel para la cama de piedra, peluches, relojes despertadores…
La fría cueva que Hao Ren hizo para Zhao Yanzi estaba hermosamente decorada. Esta era su naturaleza femenina.
Xie Yujia prefería la simplicidad y no decoró su caverna, pero a Zhao Yanzi le gustaba que su habitación fuera acogedora. Solo podía cultivar en calma en este tipo de ambiente.
La comida que trajo esta vez fue almacenada en su cueva par que pudiera comer algo cuando tenía hambre mientras cultivaba. Ahora que no podían regresar por un tiempo a casa, trajo la comida para compartirla con Hao Ren y Xie Yujia.