Cuando Hao Ren entró a la oficina, Yue Zilong estaba revisando la información de los estudiantes en su escritorio. Parecía tener unos veinte siete años, pero Hao Ren no lo trataría nunca como a un joven.
El Altar del Dios Dragón estaba allí para gobernar a la Tribu Dragón. Como uno de los nueve Maestros Auxiliares de altar y un cultivador en la cima del nivel Qian, su autoridad y poder no podían ser subestimados.
—Siéntate —dijo Yue Zilong, señalando a una silla cuando vio a Hao Ren entrando.
La oficina de Yue Zilong se compartía con varios otros consejeros de la escuela. No era tan amplia como la oficina de Su Han.
Ya que los consejeros debían hablar a menudo con los estudiantes, había una silla para los visitantes junto a cada escritorio. Solo estaba Yue Zilong en la oficina, y obviamente los otros consejeros no estaban allí.