Hao Ren estaba por pedirle a Liu Yi que fuera a buscar al Primer Ministro Xia, quien estaba supervisando la reconstrucción a la distancia, pero el Primer Ministro Xia vio primero a Hao Ren entrando por la puerta.
—¡Gongzi Hao! ¡Gongzi Hao! —exclamó el Primer Ministro Xia mientras corría hacia Hao Ren. Su espalda jorobada le hacía difícil correr.
—Liu Yi, puede ir a encargarse de sus asuntos —dijo Hao Ren arrojándole una mirada a Liu Yi.
Liu Yi era una persona sincera y honorable. Hao Ren ya lo consideraba como un aliado de confianza.
—¡Entendido! —respondió Liu Yi, saliendo del palacio para continuar patrullando los alrededores.
—Sabía que vendría, Gongzi Hao —dijo con entusiasmo el Primer Ministro Xia mirando a Hao Ren tras acercarse corriendo.
—Primer Ministro, ya no es joven. No corra —dijo Hao Ren riendo y luego preguntó—: ¿Se han marchado el Anciano Lu y el Anciano Sun?