—¡Papá! Detente —Hao Zhonghua ya había abierto la puerta antes de que Hao Ren pudiera terminar.
Para él, ir a la habitación de su hijo no era ningún problema.
—¿Por qué está tan desorganizado? —preguntó Hao Zhonghua mirando a Hao Ren, insatisfecho.
Hao Ren se dio la vuelta y miró a Lu Linlin y a Lu Lili, envueltas por esferas rojas de energía. Como estaba avergonzado, se frotó la nariz y dijo—: Doblaré las sábanas enseguida.
—¡Apresúrate! —dijo Hao Zhonghua, abriendo el armario de Hao Ren y eligiendo unos pantalones de talla mediana y una camisa de polo.
Luego le arrojó la ropa a Hao Ren.
Normalmente, Hao Zhonghua nunca se molestaba en fastidiar a Hao Ren, pero ya que tenían que tomar su vuelo, Hao Zhonghua se vio obligado hoy a apresurar a Hao Ren.
—¡Cámbiate la ropa interior también! —dijo Hao Zhonghua, arrojándole unos calzoncillos nuevos a Hao Ren.