Cuando Hao Ren y Xie Yujia regresaron a la escuela, ya casi eran las seis en punto.
—¡Dejaré a Blanquita contigo! Además, le envié un mensaje a Zi y le dije que podía acudir a ti si quiere ir al Quinto Cielo —dijo Hao Ren levantando a Blanquita por el cuello, ya que estaba en su versión miniatura. La colocó en las manos de Xie Yujia.
—Ok —respondió Xie Yujia mientras sostenía a Blanquita con cuidado. Ya que era pequeña, ella podía llevarla al edificio de dormitorios y esconderla allí.
—Oh, algo más. Los exámenes finales de Zhao Yanzi se están acercando. Si tienes tiempo, por favor hazle tutoría —continuó Hao Ren.
—De acuerdo —asintió Xie Yujia.
—Eso es todo. Por favor cuida a Blanquita por mí—dijo Hao Ren con una sonrisa.
—¡Ruff! ¡Ruff!
Blanquita retorció su nariz rosada y ladró.