Ya era de noche cuando Hao Ren, Xie Yujia y Zhen Congming regresaron a casa.
La casa estaba muy animada ya que Lu Linlin y Lu Lili estaban de visita. Sus largas colas se mecían detrás de ellas mientras daban brincos en la sala como dos mariposas, llevando los platos y arreglando la mesa. Parecían ser enérgicas y virtuosas.
La abuela las observaba caminando alegremente, y de inmediato llamó cuando vio a Hao Ren entrando—: Ren, ¡¿Por qué desapareciste todo el día de nuevo?!
—Abuela, fuimos de nuevo a la playa —dijo Zhen Congming acercándose corriendo.
Lucía como la versión parlanchina de Blanquita, y Hao Ren no pudo soportar su aspecto lastimoso.
Sin embargo, funcionaba a la perfección con la abuela.
Ella sonrió y dijo—: Ok, ok, ok, ¡está bien siempre que se hayan divertido!