La mañana del sábado, Hao Ren se despertó temprano y trotó por la playa antes de practicar varias veces las técnicas de boxeo fundamentales, las cuales no necesitaban de la Esencia de la Naturaleza sino de la fuerza física. Debido a los limitados recursos, los soldados del Palacio Dragón no podían cultivar técnicas avanzadas como los ancianos. Se mantenían en forma y construían formaciones de matriz de defensa y ofensa.
El cuerpo de Hao Ren se había hecho fuerte y masculino gracias a su práctica constante. Si se encontrase con rufianes en la calle, Hao Ren podía vencer a cinco o seis de ellos sin utilizar el Rollo Sombra de la Espada que Parte el Rayo.
Cada uno de sus golpes y patadas era poderoso. Además de su velocidad y fuerza, la práctica de boxeo beneficiaba también su flexibilidad. Aunque sus habilidades de boxeo no eran excelentes, el estado de su físico había alcanzado el reino de los maestros de las artes marciales.
