Notando su asombro, la mujer de mediana edad continuó—: Ella dejó una carta para ti jovencita.
—Oh —musitó Xie Yujia y se acercó hacia ella aturdida.
La mujer de mediana edad regresó al interior de la casa y volvió a salir con un viejo sobre amarillo. Tras entregárselo a Xie Yujia, de inmediato volvió al interior de su casa, era obvio que no quería involucrarse con nadie que fuera cercano a la vieja abuela.
Xie Yujia abrió el sobre y leyó de inmediato la carta bajo la opaca luz de las luces de la calle.
La letra había sido escrita con un pincel y tinta. Aunque eran pocas, las palabras habían sido escritas con fuerza.