Debido al estatus de la vieja abuela, no podía ser la maestra de Zhao Yanzi. Sin embargo, Xie Yujia si podía.
No era apropiado para un cultivador humano del Reino de la Formación del Alma tener una relación cercana con los cultivadores dragones. Pero Xie Yujia no tenía esa preocupación.
Zhao Hongyu comprendió el significado de las palabras de la vieja abuela y había estado pensándolo por un par de días. Tan solo había estado en su mente hasta que se encontró ayer con Xie Yujia y la invitó a que viniera hoy.
—¡Mamá! ¡Yo no quiero cultivar! —comenzó a quejarse Zhao Yanzi.
Zhao Hongyu ignoró la queja de Zhao Yanzi y miró a Xie Yujia con sinceridad diciendo—: Qué…¿Qué te parece?
Xie Yujia titubeó por algunos segundos y dijo—: Si es lo que quiere mi maestra, entonces… Haré mi mejor esfuerzo para enseñarle a Zi.
Zhao Hongyu sonrió gratamente y dijo—: De acuerdo. Está decidido. Hao Ren guiará a Zi con su tarea y Yujia guiará a Zi con su cultivación.