—Ya casi es hora. Entremos a ver la obra —dijo Luo Ying.
—¡Ok! —asintió Xie Yujia. Después de arrojarle un último vistazo a su foto en el exhibidor, caminó hacia el auditorio.
Obviamente ella extrañaba sus días de secundaria. Había sido el período más tranquilo de su vida, y durante ese tiempo a quien había extrañado más fue Hao Ren.
Había comenzado a entender el amor en ese momento, y su deseo por su pequeño hermano mayor se hizo aún más fuerte.
Dentro del auditorio, todos los estudiantes y sus padres ya habían tomado asiento, y el lugar estaba muy animado como un cine diez minutos antes de que inicie la película.
El escenario ya estaba dispuesto, y los actores y las actrices estaban tras bambalinas haciendo los preparativos de último minuto.
Hao Ren no vio ni a Zhao Guang ni a Zhao Hongyu. Por lo mismo, solo pudo sentarse junto a Xie Yujia y Luo Ying dentro del bullicioso auditorio.
Tanto las luces como la música estaban listas.