Inevitablemente, el centro comercial estaba atestado el fin de semana.
Mientras más lujosa y cara se hacía el área, menos gente compraba allí. De todos modos, Zhao Yanzi arrastró a Hao Ren a esas áreas específicas.
Hao Ren no estaba en la quiebra, pero aun así quedó atónito al ver que las etiquetas tenían precios de decenas de miles de yuanes.
De seguro no era sencillo sostener la pequeña mano de Zhao Yanzi.
Zhao Yanzi arrastró a Hao Ren sobre el área cubierta de mármol, y finalmente posó su mirada sobre un fabuloso vestido de princesa, y dijo—: Quiero probarme este.
Hao Ren se acercó para revisar el precio en lugar del material.
—Guau, 6500 yuanes.
—Está en oferta ahora. Solo 3500 yuanes —dijo la vendedora acercándose a Hao Ren.
Zhao Yanzi lo tomó del gancho y se lo entregó a la vendedora diciendo—: Luce precioso. Me lo probaré.