—Comprendo —dijo. Hao Ren había conocido a la Gran Maestra, pero se contuvo de mencionarlo por medio a perturbar la recuperación de Su Han.
—Eso es todo —dijo fríamente Su Han mientras lo miraba.
—Ok…—dijo Hao Ren, poniéndose de pie avergonzado, sintiendo su fría actitud.
Salió de la habitación y vio que la Anciana Xingyue estaba hirviendo hierbas en el patio. Se despidió de ella y salió del pequeño palacio.
—¿Cómo está la Hermana Su? — preguntó Zhao Yanzi ansiosa al ver a Hao Ren saliendo.
—No es demasiado grave, pero debe quedarse en el Palacio Dragón para recuperarse —respondió Hao Ren, sintiéndose como un doctor saliendo de la sala de cirugías.
—Ok —asintió Zhao Guang. Se giró hacia el Primer Ministro Xia y le instruyó—: Cuida bien de Su Han. Provéele a la Anciana Xingyue todas las hierbas y píldoras elixir que pueda necesitar.
—Sí, majestad —dijo el Primer Ministro Xia acatando la orden.