Blanquita flotó en el aire, con las cuatro patas envueltas en llamas antes de volar renuentemente hacia Hao Ren.
—¡Maldito perro! ¡Te atreves a ocultarme tus poderes! —Hao Ren la regañó dándole un golpe en la cabeza.
Era una vergüenza para todos los Leones de las Nieves. Hao Ren supuso que Blanquita debía haber sido exiliada por los otros Leones de las Nieves debido a que era una sinvergüenza. Debía haber sido una cachorra perezosa y problemática con un gran apetito.
—Después de comer tantas Píldoras Recuperadoras de Esencia es natural que se haya elevado —comentó Su Han con ligereza, antes de empujar a Hao Ren fuera de su espada.
Hao Ren perdió el equilibrio y de inmediato jaló del lomo de Blanquita.
Con una pequeña caída, Blanquita fue capaz de cargar a Hao Ren sobre su lomo.
—Las Bestias Espirituales de mayor nivel necesitan consumir más Esencia de la Naturaleza, lo que significa que necesitará más elixires —continuó Su Han.