Los cables colgaban de todas partes en la descuidada zona, y las casas estaban alineadas caóticamente. Se suponía que las demolerían hace una docena de años, pero eso nunca sucedió.
El angosto callejón, los sucios muros, el suelo irregular y las sombras le recordaron su infancia a Hao Ren.
Xie Yujia caminaba junto a Hao Ren, y había dos pequeñas sombras proyectándose frente a ellos, tal como cuando ella seguía a su pequeño hermano mayor por todas partes como la pequeña zanahoria.
Ella no sabía que aún estaría siguiendo a Hao Ren ahora que ya eran grandes. Era un poco agotador, pero no había otra opción. La oportuna aparición de su pequeño hermano mayor ya había cumplido su deseo de la infancia.
El romance no tenía nada que ver con la inteligencia. Sin importar lo inteligente que fuera una mujer, se convertiría en una tonta cuando estuviera enamorada.
