¡Bang!
Con la mitad de su cuerpo todavía afuera del auto, Hao Ren se levantó de repente y se golpeó la cabeza contra el marco de la puerta.
—¿Ren estás bien? —le preguntó la Abuela ansiosa a Hao Ren, mientras permanecía sentada en el asiento trasero.
—No es nada, nada…—dijo Hao Ren frotándose la parte de atrás de su cabeza antes de subirse al auto.
—Buenas noches tío Xie.
—¡Jeje! No te he visto en muchos años, pero has crecido y te has convertido en un chico muy grande ahora —dijo Xie Ming sonriéndole a Hao Ren—: Todavía recuerdo tu lindo rostro y las volteretas que solías hacer cuando eras niño
Hao Ren sonrió tímidamente, pero en realidad estaba muy nervioso.
"Así que este es el papá de Xie Yujia, y esta noche…" Pensó.
—Ming, el juego de básquetbol de Ren está por comenzar, los llevaré a ellos tres hasta el estadio y luego nosotros dos podemos pasear por el campus y recordar nuestros tiempos de escuela.