Luego de salir, la apariencia calmada en el rostro de Hao Ren se tornó incómoda poco a poco. Hizo un poco de fuerza con sus manos para poder librarlas de los delgados y lisos brazos de las hermanas, pero Lu Linlin y Lu Lili aún se aferraban con fuerza a los brazos de Hao Ren como si no quisieran que él soltase sus manos.
Acompañaron a Hao Ren lado a lado. Aunque los colores de sus vestidos eran diferentes sus figuras y apariencias eran iguales. Sus sedosos cabellos negros caían hasta sus cinturas.
Sin importar si se les veía desde la distancia o de cerca, ambas eran absolutamente perfectas, como dos jades impolutos. Eran tan hermosas y elegantes que parecían salidas de un afiche.
Ni siquiera preguntaron quién era la otra chica. Siempre que Hao Ren no dijese nada ellas permanecían a su lado en silencio.
Después de caminar por un rato, Hao Ren preguntó de repente—: Ya consiguieron sus medias, ¿hay otro lugar al que quieran ir?