—Gracias por el consejo —dijo Hao Ren, asintiendo antes de levantarse.
Su Han parecía fría y distante, pero ella era muy atenta en lo que se refería a la cultivación. Era una maestra abnegada y una buena amiga.
Hao Ren sintió ahora como si estuviera de vuelta en el primer nivel del Rollo de la Concentración Espiritual, con la ilimitada Esencia de la Naturaleza corriendo a través de su cuerpo. La diferencia era que esta vez la Esencia de la Naturaleza era controlada por sus pensamientos y era capaz de almacenarla dentro de su cuerpo o expulsarla.
Viendo que Hao Ren se alistaba para marcharse, y después de pensarlo por medio segundo, Su Han dijo repentinamente—: Hay algo más.
Hao Ren se detuvo, preguntándose porqué Su Han estaba tan parlanchina hoy.