—Oh, ¿en realidad quieres participar? —El chef estaba muy sorprendido. No imaginó que este joven chef querría unirse. ¿Acaso no sabía que la competencia del Banquete del Dios de la Gula era... muy aterradora?
Bu Fang miró al chef que se veía escéptico. No pudo evitar levantar las comisuras de su boca.
—No necesitas ser tan escéptico. Tan solo guíame. Tengo prisa.
—Eh...
El chef se quedó sin palabras al escuchar eso. De repente, reconoció que el joven que estaba frente a él estaba un poco loco.
«¿Tú? ¿Apurado? ¿Crees que es fácil pasar el concurso?».
El chef no dijo nada, tan solo miró a Bu Fang por un rato. Luego, sonrió significativamente y se volteó para guiarlo.
La túnica bermellón de Bu Fang revoloteaba mientras seguía al chef. Los dos, uno detrás del otro, entraron en el Edificio del Dios de la Gula.