¡Glu! ¡Glu!
El tendón de bestia espiritual se estiró repentinamente. En ese instante, el resplandor de una aterradora energía parecía a punto de aparecer.
Los ojos de Bu Fang se iluminaron. Respiró profundo y retrocedió, pisando el pequeño bote, que casi se había dado vuelta bajo su poder.
Los guardias de armadura dorada alrededor no tomaron acción. Se quedaron lejos de él, entrecerrando sus ojos para ver qué monstruo espiritual había atrapado la caña de pescar de Bu Fang.
Por los movimientos que veían, esta bestia espiritual no era para nada pequeña. Viendo la lucha, comprendieron que la bestia espiritual era absolutamente poco común.
La caña de pescar de madera se dobló bajo la horrible fuerza. Parecía que fuera a romperse en cualquier momento.
Los ojos de Bu Fang se enfocaron. La fuerza de su brazo estalló mientras sostenía la caña de pescar con ambas manos, blandiéndola hacia el cielo.