La mujer del inframundo se sorprendió con las palabras de Blacky y se volteó para mirar su regordete rostro agitándose. Su voz masculina sonaba como si estuviera intentando engañarla. Sin embargo, sus palabras seguían teniendo algo de verdad en ellas.
La mujer lamió sus labios ya que estaba algo tentada por la idea.
Sin embargo, seguía dudando porque no estaba segura si Bu Fang podría proporcionarle frecuentemente platos que rebosaran con esencia espiritual.
Si no era alimentada con suficiente esencia espiritual, sufriría las consecuencias de la maldición, lo que la haría sufrir un dolor tan intenso que sentiría como si su cuerpo estuviera siendo atravesado por miles de cuchillas simultáneamente o siendo mordido por diez mil hormigas.
Por lo tanto, seguía dubitativa.