Un atronador estruendo resonaba mientras la gigantesca palma rojo sangre volaba hacia Bu Fang para aplastarlo. Incluso el espacio fue oprimido por esa palma y emitía agudos silbidos mientras volaba hacia Bu Fang.
La mujer del inframundo la esquivó rápidamente y se paró en un lugar distante mientras miraba fríamente a Bu Fang, que parecía un pequeño esquife frente a esa palma rojo sangre.
Era imposible para Bu Fang bloquear esa palma con su actual cultivación. No había duda de ello... Definitivamente iba a morir.
Sin embargo, justo cuando asumió que definitivamente moriría, incontables manchas blancas de luz aparecieron encima de su cabeza. Parecían un grupo de luciérnagas que giraban en el aire mientras se esparcían en todas las direcciones.
Esas manchas de luz formaron un filamento como un hilo de seda y apareció una abertura en el espacio. El sonido de algo siendo desgarrado resonó mientras esa grieta era abierta por algo.
