Una helada lluvia descendía desde el cielo al suelo, destrozando este último al entrar en contacto.
Nangong Xuanying juntó sus manos detrás de su espalda mientras caminaba lentamente por las calles principales de la Ciudad de la Niebla Celestial.
La lluvia, que estaba cayendo en sus inmediaciones, era incapaz de acercarse siquiera a su cuerpo.
Con cada paso que daba, cruzaba una gran distancia.
De repente, se detuvo y tomó un talismán. Tan pronto escuchó la información que este transmitió, las comisuras de su boca no pudieron evitar curvarse hacia arriba.
«Finalmente encontraron a Nangong Wuque. Veré a dónde puedes huir esta vez».
Estaba avergonzado y molesto porque su negligencia llevó al escape de Nangong Wuque. Nangong Xuanying había asumido que tenía todo bajo control, sin embargo, ese chico igual logró escapar de sus manos.