Encima del Pantano del Espíritu Ilusorio había un buque de guerra metálico y dorado deslizándose lentamente en el aire. Su motor rugía y levantaba violentas ráfagas de viento.
El viento silbante hacía volar al agua pantanosa del Pantano del Espíritu Ilusorio en todas las direcciones. Lodo salpicaba en todas partes, enviando un olor rancio al aire.
Este era un buque de guerra gigantesco y majestuoso flotando en el cielo. En la cubierta del buque se encontraba una figura con un cuerpo erguido, emitiendo un aura tan abrumadora que casi movía el cielo y la tierra.