Un gruñido desgarrador, feroz y monstruoso, resonó junto a las olas que golpeaban la orilla del río. Una tempestuosa inundación de vapor surgió a través de las puertas de la ciudad y en los corazones de los residentes del sur de la ciudad, trayendo consigo un olor acre.
¡Swoosh, Swoosh, Swoosh!
Los guerreros que custodiaban la ciudad sureña se pusieron sus armaduras y corrieron a través de las puertas, una tras otra. Se dirigían a las afueras de la ciudad, con graves expresiones en sus rostros.
—¡Hay un monstruo! ¡Corran por sus vidas!
—¡Un gigantesco pez monstruo que se deleita con carne humana!
—¡Un Dragón! ¡¿Es este el dragón furioso del río Dragón?!
...