El ambiente dentro de la pequeña tienda se volvió algo extraño de inmediato.
Xiao Xiaolong abrió mucho los ojos y fulminó con la mirada a Bu Fang. Su clara piel se tornó roja mientras jadeaba furioso, parecía un melocotón maduro, incomparablemente cautivador... Esta pequeña mariquita se veía aún más atractiva que una mujer.
Bu Fang también había ensanchado sus ojos y se quedó mudo momentáneamente. No se había imaginado que Xiao Xiaolong fuera inesperadamente tan dotado y no fuese inferior que la bulliciosa Yu Fu en la cocina.
El talento de Xiao Yanyu también era bastante bueno, pero en comparación con Xiao Xiaolong, era algo inferior. Simplemente abrumador.
—Propietario Bu... ¿Qué estás tratando de decir? ¿Acaso me estás menospreciando? ¿A mí, Xiao Xiaolong? —se quejó Xiaolong.