El susurro de la nieve era tan ligero como las plumas de un ganso descendiendo desde el cielo, mientras cubría el opulento palacio imperial como la capa de un abrigo plateado agregándole una elegancia a la majestuosidad de la sala principal.
Ji Chengxue vestía una túnica blanca mientras caminaba lentamente hacia la sala principal. Su cabello estaba recogido con un cordón y tenía muy pocos accesorios.
La nieve acumulada en el camino hacia la sala principal había sido despejada por los eunucos del palacio imperial, para caminar mejor. Sin embargo, mientras más caminaba Ji Chengxue, una opresión lo llenaba por dentro.
Después de pasar por las puertas del misterio celestial, la sala principal se encontraba frente a sus ojos. Subió un par de escaleras de piedra y llegó a la entrada de la sala principal. Los eunucos y las damas de la corte quienes nerviosamente seguían con los preparativos en el área rápidamente le saludaron.
Ji Chengxue gentilmente asintió indicándoles que continuarán con su trabajo. Con sus manos detrás de la espalda, entró a la sala principal, el lugar donde su padre estaba mientras vivía.
En la sala principal, aquella figura llena de vigor y determinación de antes había desaparecido. Solo una sala vacía, llena de impotencia y lamento, permanecía.
Lian Fu salió de la parte trasera de la sala principal, caminando lentamente. Se veía cansado y unas leves ojeras aparecían alrededor de sus ojos. Sus cabellos tenían un toque llamativo después de volverse blancos.
—LianGonggong —Ji Chengxue no se atrevió a bajarle la mirada al jefe de los eunucos. Después de todo él era un Santo de Batalla de séptimo grado al igual que el ayudante de su padre.
—Su Alteza, ¿Qué propósito lo trae aquí? —dijo Lian Fu mientras agitaba lentamente su látigo de cola de caballo. Su voz revelaba un poco de fatiga y tristeza que aún persistía en su rostro.
Lian Fu y el emperador tenían una relación cercana ya que habían crecido juntos. Y ahora que el Emperador Changfeng había fallecido no había nadie que estuviese tan dolido como Lian Fu.
Ji Chengxue respiró profundo e inclinándose hacia Lian Fu dijo: —LianGonggong, quisiera ver a mi padre…
Lian Fu desanimado pellizco su pulgar con el dedo del medio mientras miraba a Ji Chengxue negándose. —No, Su Majestad me ha dado la orden de que nadie lo viese antes de su funeral.
—Como su hijo, ¿No puedo ver a mi padre una última vez? —preguntó Ji Chengxue frunciendo el ceño.
—Su Alteza, por favor regrese. Debe saber que este humilde servidor jamás desobedeció las órdenes de Su Majestad, incluso si Su Majestad ha fallecido.
Cuando Ji Chengxue vio la inquebrantable actitud de Lian Fu, suspiro internamente y dejó de insistir. Se dió la vuelta y se fue de la sala principal.
La mirada de Lian Fu era meditativa mientras veía la figura de Ji Chengxue desaparecer.
…
¡Bangbangbang!
El sonido de alguien tocando la puerta había interrumpido a Bu Fang, quien practicaba su técnica de tallado de la osa mayor. Inexpresivamente giró su cabeza y miró hacia la puerta que temblaba por los golpes.
¿Quién en su sano juicio estaría golpeando la puerta tan temprano?
Bu Fang lavó sus pálidas y delgadas manos, para secarlas, antes de caminar hacia entrada para quitar la tabla de la puerta.
En sus ojos se reflejaron la belleza devastadora de un rostro cubierto bajo un velo. Los ojos de ese rostro lo miraban emocionados.
—Propietario Bu, ¡Finalmente abres la puerta! ¡Rápido déjame entrar! —dijo Ni Yan impaciente.
Sin embargo, Bu Fang no se movió. Usando su cuerpo para bloquear el camino, inexpresivamente la miró y le dijo: —Todavía no está abierto, ¿Por qué estás aquí tan temprano?
Ni Yan se había sorprendido por un momento. E inmediatamente levantó la bolsa con ingredientes que traía consigo hacia Bu Fang y le dijo: —Me beneficié mucho comiendo tus platillos ayer, que decidí que quiero demostrar mis habilidades culinarias para que las veas.
Ni Yan tenía mucha confianza en sus habilidades culinarias. Todos dentro de la secta arcana celestial estaban dominados por los ricos platillos que ella cocinaba.
Bu Fang frunció los labios y pensó: «Debe haber algo mal con esta mujer… venir aquí tan temprano y decir que quiere cocinar para mí, ¿Acaso está tratando de tomar prestada mi cocina?».
—No quiero verlos, y la cocina no se presta —dijo Bu Fang indiferente.
Ni Yan quedó sin palabras. Sí planeaba usar su cocina, ¿sino cómo se suponía que iba a cocinar?
Al ver que Bu Fang iba a volver a cerrar la puerta, Ni Yan se puso ansiosa. En un intento de detener a Bu Fang está usó su energía verdadera para sostener la puerta.
—¡Espera! —gritó Ni Yan.
—¿Estás buscando problemas? —preguntó Bu Fang indiferente al sentir la ola de energía verdadera por parte del cuerpo de Ni Yan. No obstante, una luz roja apareció a su lado, era el cuerpo gordo de Whitey.
—Los buscapleitos serán desnudados como ejemplo para los demás —dijo la voz mecánica de Whitey mientras sus ojos se iluminaban.
—Sheesh… eres un insensible. De verdad quiero cocinar para ti, ¡y aun así solo tratas de alejarme! ¡Cómo puedes tratar a una belleza de esa manera! —los ojos grandes de Ni Yan estaban húmedos, como si estuviese a punto de llorar.
A su vez Ni Yan pudo sentir una terrorífica sensación de peligro por parte de Whitey. Pensó: «Era de esperarse de alguien quién pudo obtener la hierba de fénix de sangre».
—¿Qué es lo que quieres? Sin rodeos —dijo Bu Fang con el ceño fruncido mientras miraba a Ni Yan.
Una vez que se dijeron esas palabras, las lágrimas en los ojos de Ni Yan desaparecieron al instante regresando a su apariencia trascendental.
—Quiero aprender tu técnica de preservación de energía espiritual dentro de la carne de las bestias espirituales —dijo Ni Yan directamente.
Bu Fang miró directamente con calma a Ni Yan, y no queriendo ser superada, Ni Yan le devolvió la mirada. Sus miradas chocaban en el aire sin restricciones.
¡¡Bang!!
Bu Fang admitió su derrota al final. La mirada de esa mujer era muy afilada, así que Bu Fang eligió colocar la tabla de la puerta en su lugar.
—No voy a enseñarte.
Luego de que la tabla estaba en su lugar, la voz indiferente viajó a través de los oídos de Ni Yan, causando que está se quedará de pie en la entrada.
…
Después de un largo rato, Bu Fang finalmente había terminado su práctica matutina. Mientras llevaba consigo unas costillas agridulces recién preparadas, quito las tablas de la puerta.
Envuelta en una larga túnica, Ni Yan estaba agachada en la entrada. Cuando esta vio a Bu Fang, inmediatamente se levantó con emoción.
Bu Fang estaba comenzando a sentir un ligero dolor de cabeza mientras pensaba: «Por qué esta mujer sigue aquí...».
—Blacky, es hora de comer —dijo suavemente Bu Fang, ignorando a la mujer. Colocó las costillas agridulces frente a Blacky y acarició su suave y cálido pelaje para luego volver dentro del local.
Ya era hora de abrir el local.
—Jefe apestoso, ¡He vuelto!
El sonido de unos pasos corriendo vinieron desde el callejón y la voz de OuyangXiaoyi venía a lo lejos, hasta alcanzar los oídos de Bu Fang.
Bu Fang estaba colocando los platillos frente al Gordo Jin cuando miró con sorpresa y vio a OuyangXiaoyi, quien había estado desaparecida unos días, faltando al local.
Por la expresión estática en su rostro, se veía que recién la estaban liberando… a pesar de que a OuyangXiaoyi ya había sido liberada.
Al momento en el que OuyangXiaoyi entró al local, vio a la mujer con velo y túnica suelta siguiendo al jefe apestoso de un lado a otro. Sus ojos se abrieron de inmediato y consternada pregunto:—¡Quién eres tú!
«¿Acaso el jefe apestoso consiguió una mesera nueva?¿Se habrá cansado de mí?», pensó OuyangXiaoyi.
—¿Y quién es esta pequeña mocosa? —dijo Ni Yan con un bufido luego de mirarla para continuar siguiendo a Bu Fang por los alrededores.
Bu Fang entró a la cocina. Ni Yan quiso entrar también, pero Whitey sin piedad la bloqueaba de la entrada.
Si Ni Yan no sintiese ese sentimiento opresivo tan fuerte que le transmitía gordo metálico, ya lo hubiese vuelto añicos…
OuyangXiaoyi frunció sus labios. Su corazón le dolía tanto que no podía respirar. El jefe apestoso quien prefería lo nuevo a lo viejo, se había encontrado una nueva camarera. De repente se sintió como si todo el mundo la hubiese olvidado.
—Xiaoyi, sirve el platillo.
Justo cuando las lágrimas iban a comenzar a brotar de los ojos de OuyangXiaoyi cual cataratas, la voz indiferente de Bu Fang se escuchó desde la cocina.
OuyangXiaoyi estuvo impresionada por un momento. Esnifó y su rostro al instante se iluminó mientras corría alegremente hacia la ventana ¡El jefe apestoso no había cambiado de camarera!
Después de pasarle el platillo a OuyangXiaoyi, quien estaba feliz por alguna razón, Bu Fang miró hacia Ni Yan y le preguntó con el ceño fruncido: —¿No estás cansada de seguirme?
—Si me enseñas la técnica de cómo controlar la energía espiritual dentro de la carne de la bestia espiritual, no te molestaré nunca más —dijo Ni Yan con un resoplido sin razón.
Después de pensarlo por un momento, Bu Fang le dijo seriamente: —Entonces ve ycocina el plato con lo que te sientas más confiada. Si puedes satisfacerme, te enseñaré. De lo contrario, no me molestes.