El aroma de Buda Salta la Pared llenó todo el lugar. Las fosas nasales de todo el mundo se abrieron, tomando el buen aroma que penetraba en el aire.
Era un olor extraordinario, que parecía ser una combinación mágica de decenas de miles de sabores diferentes. Como hilos, se mezclaban y se retorcían unos con otros.
La luz radiante salía del frasco de porcelana, causando el asombro de todos. Junto con un halo deslumbrante, el aroma de la comida atacó sus narices.
La fuerza mental de Bu Fang estalló, y las olas que alcanzaban el cielo surgieron en su mar espiritual. El Buda Salta la Pared todavía flotaba en el aire, pareciendo un pequeño sol.
La gente alrededor fue atraída.