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¿Caliente? ¿Necesitaba dar rienda suelta a todo?
Una vez que esas palabras salieron de la boca de Ni Yan, todos quedaron un poco aturdidos, especialmente el Santo Soberano del Secreto Celestial y Mo Tianji.
Ambos tenían una mirada aterrorizada en sus rostros. ¡Ella era la santidad Secreta Celestial por el amor de Dios! ¿Cómo podía decir algo así?
Al mirar el rostro de Ni Yan, que estaba tan rojo que estaba a punto de gotear sangre, y el gas blanco que salía de su boca, los dos de repente se sintieron inseguros.
El vino ... ¿Podría estar envenenado?
¡Auge!
El aura de Ni Yan comenzó a subir continuamente. El aumento abrupto de su aura hizo que los corazones de los Santos Soberanos dieran un salto.
Como un cohete, el aura que la rodeaba se elevó hacia los cielos. Fue como si su cultivo se sometiera a una oleada explosiva, lo que hizo que los ojos de todos se abrieran involuntariamente.